La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) navegó una tabla de surf robótica con un robusto “ala de huracán” vertical en el corazón del huracán Sam, actualmente la tormenta más fuerte de la Tierra con vientos sostenidos de 230 kilómetros por hora.
Este logro de la agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, cuyas actividades se centran en monitorear las condiciones de los océanos y la atmósfera, es de extrema importancia, ya que las imágenes sin precedentes de la nave sin tripulación dentro de un gran huracán del Atlántico, así como los datos del drone, están ayudando a los pronosticadores a perfeccionar su comprensión de estas temibles tormentas.
El huracán Sam es lo que los meteorólogos llaman una tormenta de “peces”, que es poco probable que golpee directamente la tierra y que solo afecte principalmente el océano abierto.
La agencia del aire y el mar es responsable tanto de hacer pronósticos de huracanes como de investigar tales tormentas para mejorar esos pronósticos. El nuevo programa de drones, una asociación con la empresa privada Saildrone, ayuda a llenar un vacío de datos clave que los intrépidos cazadores de huracanes que vuelan a través de tales tormentas no pueden abordar.
Los meteorólogos necesitan saber más sobre el intercambio de calor entre el mar y la atmósfera para predecir mejor los cambios de intensidad de los huracanes, así como el transporte de vapor de agua, entre otras cuestiones.
Según la NOAA, el Saildrone Explorer SD1045 está lidiando con olas de más de 15 metros y vientos de casi 200 kilómetros por hora desde su ubicación dentro de la tormenta.
El SD 1045 es uno de los cinco Saildrones totales que NOAA ha desplegado esta temporada de huracanes para recopilar datos in situ que no estaban disponibles antes en otras plataformas, a menos que la agencia tuviera suerte y una tormenta pasara directamente sobre una boya.
En las últimas décadas, si bien se han realizado perfeccionamientos significativas para mejorar los pronósticos de trayectoria de huracanes, los cambios de intensidad han demostrado ser más difíciles de predecir.
Al aumentar las temperaturas del aire y del océano, el cambio climático está ayudando a impulsar una tendencia hacia más tormentas que experimentan una rápida intensificación, saltando de una tormenta tropical a un huracán de categoría 3 o 4 en 24 a 36 horas.
El huracán Sam atravesó un proceso de este tipo al principio de su vida.
“Con los datos recopilados por los saildrones, esperamos mejorar los modelos de pronóstico que predicen la rápida intensificación de los huracanes”, dijo Greg Foltz, científico de la NOAA, en un comunicado de prensa.
Las islas Bermudas son el primer territorio bajo vigilancia por el huracán Sam, que se fortaleció durante la noche y sigue avanzando hacia el noroeste sobre el Atlántico, mientras a miles de kilómetros de distancia la tormenta tropical Víctor también crecía en intensidad.
Según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, Sam presentaba esta mañana vientos máximos sostenidos de 230 km/h y se movía a 19 km/h, lo que significa un aumento de su fuerza y también de su velocidad.
Se trata de la primera alerta para tierra desde que se formó el séptimo huracán de 2020, que tiene categoría 4 en la escala de Saffir-Simpson (de un máximo de 5) y ha transitado sobre el Atlántico desde hace días lentamente y alejado de tierra. Una vigilancia de tormenta tropical significa que son posibles condiciones de tormenta tropical dentro del área de vigilancia, generalmente en 48 horas.
En la trayectoria pronosticada, Sam continuará pasando lejos de la parte norte de las islas de Sotavento, que son parte de las Antillas Menores, y el sábado lejos del noreste de Bermudas.
Según los pronósticos, no las tocará. Se esperan algunas fluctuaciones en la intensidad de Sam durante los próximos días, pero, según el NHC, seguirá siendo un huracán intenso hasta el sábado, cuando empezará a experimentar un debilitamiento significativo.
Vía: Infobae
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